No solo está en juego el futuro del planeta y el futuro de nuestros hijos, que tendrán que vivir en él; en la actualidad el cambio climático ya está teniendo un impacto significativo en toda una serie de factores sociales y económicos. El sector energético está llamado a encontrar rápidamente soluciones que sean sostenibles, pero que le permitan a la vez afrontar los numerosos desafíos que plantea la creciente demanda de energía, la urbanización y la industrialización, así como la necesidad de mantener al cliente cada vez más en el centro de su estrategia de desarrollo. El Grupo Enel quiere estar a la vanguardia en la lucha contra el cambio climático, e ir más lejos y más rápido. Un elemento clave para conseguirlo, tal y como se subraya en la Agenda 2030 de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, es la promoción de colaboraciones públicas y privadas y una fórmula revolucionaria de colaboración con empresas, start up, sociedad civil, ONG, gobiernos, instituciones financieras e inversores. Un enfoque abierto e integrado, en nombre de la Open Innovability® (un neologismo creado por nuestro Grupo fusionando las palabras innovation y sustainability), para transformar la sociedad a través de la innovación y hacerla más sostenible tanto desde el punto de vista medioambiental como humano. Asimismo, en línea con la estrategia financiera del Grupo, entre 2017 y 2018 Enel emitió dos «bonos verdes» con un valor total de 2.500 millones de euros, dedicando estos instrumentos a la financiación de proyectos que sirven para la transición hacia la «economía baja en carbono». También en 2017, el Grupo Enel firmó la carta de apoyo para la aplicación de las directrices voluntarias del Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD por sus siglas en inglés), propuesto por el Banco de Inglaterra. Estas directrices se crearon con el objetivo de concienciar a las empresas del probable impacto financiero derivado de las medidas no financieras y relacionado con el cambio climático. En este sentido, Enel ha puesto en marcha un grupo de trabajo multifuncional que está adoptando las recomendaciones mediante el trabajo en tres líneas principales: el desarrollo de modelos climáticos a largo plazo, el análisis de los riesgos relacionados con el calentamiento global y los informes financieros asociados al cambio climático.