El proceso de desarrollo de las energías renovables debe abordar y superar una serie de obstáculos, sobre todo en lo que se refiere a las autorizaciones. A las trabas burocráticas se añaden además varios mitos falsos, que corren el riesgo de convertirse en fake news peligrosas e incontrolables. Ha llegado el momento de aclarar algunos conceptos erróneos relacionados con el desarrollo de nuevas centrales de energía renovable, para abordarlos y desmontarlos. Empecemos con una preocupación bastante generalizada: ¿las centrales solares y eólicas «roban» espacio a la agricultura? El caso de Italia. Menor ocupación de la tierra y óptimo rendimiento Italia es un país en el que la economía agrícola desempeña un papel fundamental, ya que está a la cabeza del mercado europeo en cuanto al valor de la producción de bienes y servicios. Al mismo tiempo, de aquí a 2030 Italia tendrá que modificar su matriz de generación eléctrica, aumentando la proporción de las tecnologías renovables. De hecho, se prevé la construcción de unos 20 GW[1] de nueva capacidad solar y unos 8 GW de capacidad eólica. ¿Podrían las nuevas centrales solares y eólicas quitarle un espacio significativo al desarrollo agrícola en Italia? Tajantemente, no. Teniendo en cuenta los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, se estima que la ocupación del terreno de toda la capacidad solar que necesita Italia para 2030 tendría un impacto en una extensión territorial equivalente a la provincia de Monza-Brianza. Por su parte, la totalidad de la capacidad eólica requerida cubriría un área no mayor que la provincia de Prato. Estamos hablando de dos de las tres provincias más pequeñas de Italia, un dato que desmonta, sin ninguna duda, el falso mito de la excesiva ocupación de la tierra por parte de las centrales solares y eólicas. Las energías renovables y la agricultura pueden coexistir La coexistencia de centrales renovables y agricultura está experimentando nuevos horizontes de manera cada vez más sostenible. Es el caso de la agrovoltaica, un método innovador en el que Enel Green Power está involucrado junto con el National Renewable Energy Laboratory de Estados Unidos. Gracias al proyecto InSPIRE (Innovative Site Preparation and Impact Reductions on the Environment), se están explorando los beneficios de la coexistencia entre los parques fotovoltaicos y los cultivos. La experimentación se enmarca en el uso de la sombra de los paneles solares para hacer más eficiente el uso del agua y, al mismo tiempo, proteger los cultivos del sol durante las horas más calurosas. Los primeros resultados fueron sorprendentes. Una plantación de tomates cherry en Arizona, gracias al proceso agrovoltaico, ha conseguido disminuir la necesidad de agua y ha conseguido más del doble de producción. Muchos parques fotovoltaicos terrestres ya se han diseñado con modelos operativos que minimizan la ocupación de la tierra. La fase continua de investigación e innovación en el sector ha llevado al desarrollo de soluciones como el panel fotovoltaico bifacial HJT, que Enel Green Power produce exclusivamente en la fábrica 3SUN de Catania. Una tecnología que permite captar la radiación solar a ambos lados del panel, aumentando la eficiencia y optimizando el espacio utilizado para construir la central. La ocupación excesiva del terreno y el posible conflicto entre las instalaciones renovables y los cultivos agrícolas se desmontan, como vemos, por sí solos. Las nuevas centrales impulsarán el proceso de transición energética y, además, la agricultura participará en la revolución verde y se beneficiará de ella gracias a soluciones innovadoras capaces de aumentar la creación de valor. [1] Únicamente en proyectos a gran escala. Se estima que a eso se añadirán unos 10 GW de desarrollo en pequeñas centrales.