El viento es una fuerza que desplaza, empuja, transforma y hoy, gracias a la tecnología, es también un factor decisivo para acompañarnos en la transición energética, el camino que nos llevará hacia un futuro libre de fuentes fósiles. Nuestro Grupo comprendió este concepto desde hace mucho tiempo, se remonta a 30 años la primera turbina eólica instalada en Granadilla, en España y que aún hoy funciona. Además, en 2008, nació Enel Green Power, la sociedad del Grupo que, en la actualidad, se ocupa del desarrollo y de la gestión de las actividades de generación de energía de fuentes renovables. Eólica, una evolución a ritmo acelerado Lo que conduce la transición energética es la innovación tecnológica. Según la Agencia internacional para las energías renovables, el coste nivelado de energía (LCOE, sus siglas en inglés), es decir, el coste medio para generar electricidad durante la vida útil de una central, descendió un 39% entre 2010 y 2019 para el eólico onshore mientras que el offshore disminuyó un 29%. Normalmente la vida útil de un parque eólico dura no más de 30 años, pero la central de Granadilla sigue funcionando después de 30 años habiendo generado, en este período 9 GWh, un rendimiento que no tiene nada que envidiar a las más modernas. Actualmente, las turbinas eólicas más grandes del mundo tienen un diámetro de casi 200 metros y sus torres superan los 150 metros de altura. Mientras que la turbina de Granadilla tiene un diámetro de 20 metros y las palas que EGP está instalando en los últimos proyectos tienen 158 metros. No solamente son importantes las dimensiones, sino también los materiales. Enel Green Power se ha comprometido a encontrar nuevas formas de vida para las palas eólicas, además de los proyectos de repotenciación que alargan la vida útil de las plantas – y Granadilla es un ejemplo -, estamos desarrollando materiales innovadores capaces de facilitar el proceso de reciclaje una vez que finaliza la vida útil de los aerogeneradores y mejorar su rendimiento. La atención principal se centra en las palas que, por la tecnología actual, están hechas con materiales que son difíciles de reciclar. En la plataforma de crowdsourcing Open Innovability, lanzamos dos nuevos desafíos para recoger ideas relacionadas con el reciclaje y la reutilización de las aspas y pusimos en marcha una actividad de exploración en búsqueda de startups que tengan propuestas innovadoras. A su vez, estamos dirigiéndonos a otros sectores que puedan aprovechar los materiales recuperados, por ejemplo, la fibra reciclada de las palas podría aplicarse en otros ámbitos, desde la náutica a materiales aislantes en la construcción. Otra modificación tecnológica está relacionada con el sistema de rotación de las aspas. Actualmente, se mueven según el viento mientras que antes eran fijas y eso permite que generen energía tanto con vientos débiles como con vientos fuertes, hasta alcanzar una velocidad de 25 metros por segundo. Son valores impensables para las palas fijas que, con vientos fuertes, sufrirían demasiada presión. Los aerogeneradores más modernos permiten un funcionamiento “aislado”, es decir, pueden ponerse en marcha sin que sea necesaria la activación energética inicial, lo que permite que se puedan utilizar a pesar del malfuncionamiento de la red o inyectar energía eléctrica en la red, en caso de apagón. Otro desarrollo importante está relacionado con la potencia de las máquinas, ya que pasaron de los 150-200 kW de los comienzos a 5 MW actuales y en las plantas offshore alcanzan los 10-12 MW. Por esta razón, cuando se repotencia una planta, cada nueva turbina instalada equivale a la potencia de diez aerogeneradores anteriores. Desde siempre, EGP se encuentra la primera línea de la innovación del sector eólico concentrándose en la tecnología y mejorando continuamente la gestión de sus parques. Esta estrategia nos permitió ampliar constantemente la dotación que hoy alcanza los 13,6 GW de potencia instalada y la edad media de los aerogeneradores es de 10 años. Un reto cada vez mayor para el futuro que prevé una potencia instalada de 31 GW para el 2025 y el número de turbinas del actual parque eólico con más de 20 años, será mayor de 1.500. El futuro del eólico, plantas más eficientes en lugar de turbinas más grandes El rendimiento de los parques eólicos seguirá mejorando por muchos años: aspas más aerodinámicas, componentes más fiables, nuevos materiales o materiales reutilizables, una digitalización general del sistema, daños menores, más integración con las redes. La tendencia de aumentar el diámetro de las turbinas eólicas parece que se está deteniendo y ya se está alcanzando un break even, o punto de equilibrio, entre las ventajas que derivan de las turbinas con dimensiones mayores y los costes de producción y de mantenimiento. Estamos comenzando a ver un nuevo paradigma de esta tecnología, con aerogeneradores que se pueden instalar a 3.000 o 4.000 metros de altura o mini turbinas eólicas para instalar en el lugar para la autoproducción. El camino ya se ha abierto pero todavía es muy largo. Nosotros queremos seguir siendo los actores principales de este reto, con soluciones cada vez más competitivas, eficientes y seguras. Nuestro objetivo es guiar el proceso de desarrollo de la nueva generación de plantas eólicas, promover la cultura de la sostenibilidad y favorecer la economía circular en todo el sector logrando que el círculo sea cada vez más virtuoso. Como escribe Nassim Nicholas Taleb en su libro El cisne negro: “El viento apaga una vela y aviva el fuego”. Como el fuego de nuestra pasión por un mundo más limpio.