La Fortuna de la sostenibilidad

Nomen omen. Los nombres de los lugares generalmente esconden significados evocadores. Por ejemplo, el de Fortuna, una reserva natural cubierta por un frondoso bosque fluvial situada al sudoeste Panamá, no precisa de mayores explicaciones. Las 19 500 hectáreas sobre las que se extiende albergan cerca de 1900 especies de animales y vegetales y garantizan el sustento de una comunidad de agricultores que viven de lo que cultivan en un área de 500 hectáreas alrededor de la reserva natural. Aquí también se encuentra la central hidroeléctrica más grande del país, con una capacidad de 300 MW: un modelo de parque sostenible gestionado desde 2006 por nuestro Grupo, muy activo en Panamá en el sector de las energías renovables. Pero la suerte no es solo fruto del azar: hay que darle un empujón. Tesoros naturales de tal envergadura deben ser protegidos y tratados con respeto. Por ello, hemos puesto en marcha una serie de iniciativas para implementar una gestión plenamente sostenible del parque y su territorio, lo que no se circunscribe solamente a las prácticas virtuosas de nuestros empleados, sino que requiere una participación activa de toda la población local en actividades ambientales y sociales. Hemos lidiado con las problemáticas típicas de cualquier parque eléctrico, desde la gestión de los sedimentos y la erosión de las orillas del lago artificial, hasta la necesidad de crear oportunidades de trabajo manteniendo una relación equilibrada con la naturaleza. Un desafío social y ambiental La tendencia a la explotación desmesurada de los bosques por parte del hombre es un fenómeno extendido por todo el planeta y, a menudo, es el resultado de la necesidad. Las comunidades agrícolas locales muchas veces se ven obligadas a talar árboles con el fin de crear espacio para los monocultivos que, a su vez, conducen al uso continuo de pesticidas y destruyen la biodiversidad. La única estrategia para cambiar de rumbo es volver a descubrir cuáles son las ventajas de la agricultura tradicional y diversificada, no solo para la propia supervivencia sino también para generar ingresos gracias a los productos de "kilómetro cero". Es precisamente a partir de este principio que, hace algunos años, lanzamos en Fortuna un programa que ofrece a algunas familias los instrumentos necesarios (desde herramientas agrícolas hasta semillas) para crear huertos domésticos para producir, además de lo necesario para vivir, un excedente que puede ser vendido en los mercados locales. Cada año se eligen cinco familias a las que se les entregan 800 dólares en concepto de materiales útiles para crear su propio huerto y generar un ingreso de 350 dólares equivalentes a la cosecha de un año. Enel Green Power también apoya la transferencia de conocimientos con el objetivo de ayudar a la población local a redescubrir los principios de una agricultura autosostenible con los que las generaciones anteriores construyeron su relación con el territorio. Beneficios para toda la comunidad El objetivo del proyecto es que el 60% de los ingresos del primer año sea invertido por las familias en el huerto al año siguiente, con el fin de activar un proceso virtuoso, que pueda consolidarse con los años y que pueda ser imitado por otras personas de la zona. Los beneficios económicos obtenidos por esta iniciativa ofrecen a las familias un medio seguro de sustento y una fuente de ingresos que pueden destinar a la salud, la educación o la ropa. De esto también se beneficia el medioambiente porque las variedades cultivadas se eligen entre las autóctonas que, al no necesitar pesticidas, favorecen a la regeneración y fertilidad del suelo: se estima que cada metro cuadrado de huerta puede absorber 50 gramos de dióxido de carbono por día. La difusión del bienestar progresivo en la comunidad local también puede contribuir a mejorar el La difusión del bienestar progresivo en la comunidad local también puede contribuir a mejorar el nivel de instrucción y a generar la profesionalización necesaria que luego puede ayudar a Enel Green Power a encontrar las personas adecuadas en el lugar para que puedan gestionar la central, fortaleciendo aún más el vínculo con el territorio. Respeto y estudio del medioambiente Otro proyecto importante puesto en marcha en Fortuna tiene que ver con la lucha contra la erosión de las orillas del embalse y la producción de sedimentos. Para ello, se ha identificado una especie de gramínea endémica, el vetiver, para dar vida a un vasto proyecto de siembra de las áreas sin vegetación en las orillas del embalse. Las plántulas se producen en un vivero y luego se colocan estratégicamente en hileras, a una distancia de 20 centímetros entre sí, para crear un sistema natural capaz de compactar el suelo y evitar su desprendimiento. Donde no es posible continuar con la plantación, se han construido barreras hechas con madera recuperada de árboles caídos en la zona. Iniciativas de este tipo forman parte de un vasto programa de actividades que la Empresa de Generación Eléctrica Fortuna, la sociedad que gestiona la central controlada por Enel Green Power, lleva años desarrollando, también gracias a la colaboración que, desde 2001, mantiene con el Smithsonian Tropical Research Institute. Los proyectos llevados a cabo gracias a esta alianza también incluyen estudios sobre la flora y la fauna local, la monitorización del impacto del cambio climático y programas de capacitación para guardabosques y guías, orientados al futuro desarrollo del turismo de naturaleza en la zona. El mantenimiento que mira a la sostenibilidad A todo esto se suman las medidas tomadas para hacer cada vez más sostenible la gestión diaria de la central. Por ejemplo, se utilizan drones para monitorizar la erosión del suelo, también se han ideado sistemas de túneles para el drenaje de agua, y hay otros proyectos para el almacenamiento y reutilización de los aceites lubricantes. Para reducir la contaminación provocada por los desplazamientos, también se ha organizado un transporte colectivo, del que se ha beneficiado el 80% del personal de la central. También se está trabajando en la digitalización, a través de proyectos de monitorización remota de la calidad del agua, el uso de robots para inspecciones submarinas y para la recolección de muestras de agua, el control estructural de la presa y la recuperación del agua de lluvia para permitir la presencia de infraestructuras de la zona que no estén conectadas a la red de agua. Todas estas iniciativas demuestran nuestro compromiso integral para preservar la riqueza natural de Fortuna e involucrar cada vez más a la comunidad local en la conservación de este rincón del paraíso.

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