Cómo se consigue un récord de energía renovable en Enel Green Power

Es un objetivo tan concreto como simbólico el alcanzado por Enel Green Power en enero de 2021. Por primera vez en la historia, una sola empresa occidental generó 400 GWh de energía renovable en 24 horas, combinando la producción de centrales hidroeléctricas, geotérmicas y solares. Efectivamente, era un récord esperado ya que la energía producida diariamente sigue una tendencia de crecimiento incremental, tanto por las continuas nuevas instalaciones que aumentan la capacidad renovable (en 2020 fueron récord), como por las mejoras llevadas a cabo en las centrales ya existentes. En diciembre de 2020, se alcanzó la cuota de 390 GWh en un solo día, y el viernes 29 de enero se llegó hasta 402 GWh. Considerando que una familia de tres personas consume en promedio alrededor de 2,7 MWh al año, la cantidad de energía producida en solo un día corresponde a la que consumen en un año 150.000 familias. “La clave de este resultado histórico es que nuestra empresa trabaja, al mismo tiempo, con cuatro fuentes renovables diferentes: la energía del agua, del sol y del viento, además del calor del subsuelo”, comenta Luigi La Pegna, director de Global Operation & Maintenance de EGP. “Esta multiplicidad de fuentes, combinada con nuestra presencia en muchos países con tecnologías diferentes y complementarias, limita la variabilidad debida a las situaciones meteorológicas y garantiza un nivel de producción siempre elevado. Y cuando las condiciones meteorológicas son más favorables se pueden alcanzar valores récord”. Al momento del nuevo récord, Enel Green Power contó con más de 1.250 centrales de recursos renovables en todo el mundo. Tan solo en el sector de O&M trabajan más de 5.000 empleados, un equipo global que comparte datos, experiencias y estrategias de intervención. Un récord fruto de tecnología e innovación Efectivamente, más que del récord de un solo día, se trata de una trayectoria basada en una serie de acciones específicas y soluciones de alta tecnología. Empezando por la monitorización: la información y los datos relativos a la producción están disponibles en la sala de control de Roma, pero los gerentes de cada central pueden consultarlos también desde sus tabletas. Igualmente importante y también complementaria, es la actividad de recopilación y análisis de macrodatos. “A cada segundo llega a la sala de control una cantidad de información equivalente a un volumen y medio de una enciclopedia” explica La Pegna: cantidades que, antes que nada, hay que almacenar, luego analizar con la finalidad de extraer datos útiles para gestionar de la forma mejor las centrales, no solo de acuerdo con los parámetros estándar sino también en busca de correlaciones entre las centrales a través de la inteligencia artificial. A su vez, el enfoque basado en datos permite efectuar un mantenimiento no solo preventivo, sino también predictivo: no a intervalos regulares rígidos y preestablecidos, sino más refinados y basados en las condiciones reales de cada elemento. Esto permite optimizar las intervenciones de mantenimiento y programarlas por adelantado, reduciendo a lo indispensable la detención de las máquinas. “Mientras que con energías no renovables como el carbón y el gas se pueden detener las centrales y evitar el derroche de combustible, en el caso de recursos renovables como el eólico y el solar, el plazo de detención corresponde a una irremediable pérdida de energía. Hasta la fecha, las centrales renovables de Enel Green Power brindan una disponibilidad promedio del 98% del tiempo, un nivel ya muy alto, pero en los próximos 2 o 3 años el objetivo es seguir mejorando llegar hasta alcanzar el 98,2%.” Luigi La Pegna, director de Global Operation & Maintenance de EGP Que el nuevo récord haya llegado después de meses de pandemia podría sorprendernos, pero en realidad, en cuanto a los resultados, la emergencia sanitaria global no tuvo ningún impacto en la producción de energía de EGP. Esto es mérito, por ejemplo, de las 20 salas de control de alta tecnología situadas en todo el mundo, cuya gestión puede llevarse a cabo completamente en remoto. Más del 53% de los empleados de O&M pudieron pasar al teletrabajo, incluidos los que se dedican al seguimiento de la producción, dejando el trabajo de campo solo a los equipos de mantenimiento físico, programado e imprevisto, asegurando así la continuidad y plena eficiencia del servicio eléctrico. Hacia el próximo récord Alcanzar el umbral de 400 GWh en un día no es un punto de llegada, sino un objetivo intermedio. EGP tiene un programa que apuesta a aumentar la capacidad adicional de energía verde en 100 GW en la próxima década. Eso significa un crecimiento de 10 GW por año, lo que “corresponde más o menos a la instalación de una nueva central eólica o solar cada semana, durante todas las semanas del año”, resalta La Pegna. Este importante aumento de volúmenes se acompañará con una serie de cambios, tanto en la construcción como en la gestión. Concretamente, en lo que se refiere a las energías eólica y solar, las centrales están evolucionando a nivel estructural y se hacen cada vez más grandes. “Con las grandes centrales recién construidas, que se extienden por 150 o 200 km de largo, ir a ver una máquina significa viajar por decenas de kilómetros, y es una novedad absoluta”, añade La Pegna. “Este tamaño gigantesco, que concierne por ejemplo las centrales situadas en el desierto de Chile y la selva de Brasil, implica nuevas modalidades de gestión, el empleo de drones, una nueva utilización de la información y cambios en la manera de trabajar”. En ese contexto, el mantenimiento es cada vez más una actividad continua, que supone compartir dentro de la empresa las mejores prácticas y las optimizaciones más eficaces, hasta llegar a un modelo de instalación y mantenimiento de las centrales del tipo plug and play. “Para cualquiera en la empresa es imposible visitar personalmente todas las centrales, y es por eso que el modelo está dirigido a compartir conocimientos, también entre los que se ocupan de centrales en zonas del mundo muy lejanas entre ellas”, concluye La Pegna. Y, si en 2020 la energía hidroeléctrica ya representaba el 60% de la producción de energía verde, se prevé que en 3 o 4 años los componentes eólicos y solares sean cada vez más importantes. Los recursos hidroeléctricos y geotérmicos, con centrales que llevan más de un siglo en actividad, son tecnologías tan maduras que para ellas la innovación ya corresponde a mejoras más modestas. En cuanto a las energías eólica y solar, la innovación va muy rápido y, teniendo en cuenta el tamaño de las centrales, una mejora de un pequeño porcentaje determina una diferencia enorme en términos de producción. Eso sin contar el cambio de paradigma general, ya que pronto serán las centrales alimentadas por el viento o el sol las que representarán la mayor parte de la producción de energía verde.

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