Cuando se habla de agrivoltaica, la convivencia entre la fotovoltaica y las actividades agrícolas y ganaderas en un mismo terreno, no falta el asombro, y a veces la perplejidad: ¿cómo es posible esta coexistencia? ¿Cuáles son los beneficios? ¿Y son cuantificables? Por tanto, para recopilar las respuestas a las preguntas más frecuentes, hemos intentado ponernos en la piel de los interesados directos –agricultores y ganaderos– y lo hemos hecho con cifras en la mano. El aumento del rendimiento para el agricultor Para entender cuales son los beneficios para un agricultor, hemos realizado varias pruebas en distintas zonas climáticas, primero en EE. UU., luego en Italia, España y Grecia, pero también en Australia y con distintas tecnologías fotovoltaicas. En Italia, además, con los Agrivoltaico Open Labs, laboratorios abiertos, innovamos con un modelo abierto y colaborativo junto con universidades, startups e instituciones de investigación. Estas pruebas han demostrado que, combinando la tecnología fotovoltaica con la actividad agrícola, se obtiene un rendimiento mayor por unidad de superficie cultivada, con valores que, dependiendo del tipo de cultivo, aumentan entre un 20 % y un 60 %. Se ha probado incluso el cultivo de hierbas aromáticas, flores y mezclas de especies florales y arbóreas capaces de atraer a las especies polinizadoras, lo que ha posibilitado la creación de nuevas granjas de abejas domésticas en España, en la planta solar de Las Corchas, o en Grecia, en la planta solar de Pezouliotika, donde se produce una miel de la más alta calidad que aporta nueva vida a la economía local. Pero volvamos a la tierra y al agricultor: el primer ingreso seguro procede del alquiler o la venta de una parte del terreno para la instalación de paneles fotovoltaicos. Se trata de un rendimiento sin riesgo, independiente de los precios de mercado de los cultivos y de la estacionalidad, y sin costes asociados. De hecho, es posible cultivar entre las hileras de paneles y también, en función de las especies elegidas, debajo de los paneles: así que existe, al menos en parte, un posible doble uso de la tierra alquilada. El aumento del rendimiento debido al efecto protector de los paneles no solo es teórico: en el caso del forraje entre las filas de paneles se produce un aumento del 40 %, en el caso de las fresas aumenta un 18 % entre los paneles, un 14 % bajo los paneles, y hasta un 36 % utilizando la retroiluminación LED; el tomillo aumenta su rendimiento un 20 %, el orégano un 15 %, las berenjenas un 30 %, el aloe un 30 % y los pimientos un 60 %. Además, la presencia de una infraestructura eléctrica en la agricultura también tiene otro aspecto que la hace ventajosa: permite el desarrollo de técnicas de agricultura 4.0, que pueden ser una fuente de beneficios adicionales para el agricultor en términos de costes, consumo de agua y sostenibilidad del proceso agrícola. Todas las preguntas (y las respuestas) sobre la agrivoltaica Con la agrivoltaica, por tanto, el aumento del rendimiento para el agricultor con la misma superficie cultivada está demostrado por las pruebas y por los propios datos, pero aún quedan algunas dudas que despejar. ¿Por qué aumenta el rendimiento? Si bien es cierto que los paneles hacen sombra parcial, también lo es que un poco de sombra no desagrada a las plantas, ni al suelo, teniendo en cuenta que el periodo estival suele estar sometido a altas temperaturas y choques térmicos. De esta manera, el suelo puede mantener más humedad, creando un microclima favorable, por lo que también necesita menos riego (reducción de hasta un 20 %), minimizando costes y riesgos, dado que los periodos de sequía son cada vez más frecuentes. ¿Qué se puede cultivar entre los paneles mientras se produce energía renovable? La lista es variada: por ejemplo, brécol, pimientos y cebollas, pero también hierbas aromáticas y medicinales. O berenjenas, calabacines, cilantro; y no faltan las fresas o el aloe. A las que se añaden otras muchas leguminosas y plantas forrajeras. Está claro que cada suelo y cada zona climática tienen su propia especificidad que hay que respetar, no todos los cultivos son posibles en todas partes, en algunos casos la elección será forrajera, en otros hortícola, o incluso de hierbas aromáticas: el tipo de cultivo depende siempre del suelo, de las condiciones climáticas y de los intereses de los agricultores locales. ¿Y cómo reacciona el medioambiente? La respuesta es inmediata: reducción del consumo de agua con el aumento de la producción, reducción de las emisiones de CO2 (para la producción fotovoltaica), aumento de la biodiversidad y de los insectos polinizadores. Pero, ¿alguien en Italia lo ha intentado realmente? La respuesta es sí: no solo hay experimentación y enfoques innovadores de modelos de negocio con nuestros laboratorios abiertos, también hay quienes están haciendo agrivoltaica en sus propias tierras. Por ejemplo, en Tarquinia, Piani della Marina, donde se ha alquilado parte del terreno para una planta fotovoltaica de unos 170 MW, la mayor planta solar de Italia. Y, próximamente, se prevé la apertura de las obras para otras dos plantas agrivoltaicas, de 13 y 55 MW.