Los sistemas de almacenamiento de energía en baterías (BESS - Battery Energy Storage System) figuran entre los protagonistas de la transición energética: permiten almacenar electricidad y así, por un lado, compensan la no programabilidad de las nuevas fuentes renovables (solar y eólica) y, por otro, favorecen la estabilidad de la red eléctrica. Por tanto, se trata de un sector de muy rápido crecimiento: según datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), la capacidad instalada de BESS en todo el mundo ha pasado de 1 GW en 2013 a 85 GW en 2023. Y se espera una expansión aún más espectacular en el futuro. Pero, ¿cómo es una central BESS? ¿Y cómo se construye? Principales elementos de una central BESS Las centrales BESS difieren en tamaño y tecnología de baterías, pero todas tienen esencialmente la misma estructura modular, es decir, están formadas por elementos idénticos que pueden añadirse para aumentar la potencia total de la central en función de las necesidades del mercado. Esta gran escalabilidad es uno de los puntos fuertes de las BESS frente a otros sistemas de almacenamiento de energía (como los sistemas gravitacionales, los sistemas de aire comprimido y los volantes de inercia). La estructura de una planta BESS es, conceptualmente, bastante simple, con solo unos pocos componentes básicos. Baterías: son las unidades básicas que componen una BESS. Son las celdas donde, mediante reacciones electroquímicas, se produce la carga y descarga de electricidad. Las células se ensamblan en módulos; los módulos, a su vez, se unen para formar componentes mayores, llamados bastidores; la unión de varios bastidores constituye, finalmente, un contenedor. Contenedor: normalmente mide unos 6 metros de largo, 2,5 metros de ancho y 3 metros de alto y es, por tanto, el elemento fundamental de una BESS. Inversor: es el instrumento utilizado para transformar la corriente alterna suministrada por la red en corriente continua para cargar las baterías, y viceversa para volver a convertir la corriente continua de las baterías en corriente alterna apta para la red. Cada inversor está conectado a uno o varios contenedores. Sistemas auxiliares: sirven para la refrigeración, el control y la seguridad del sistema. Transformador: sirve para elevar la tensión antes de pasar a la subestación. El grupo de contenedores, equipados con un –único– transformador y sistemas auxiliares, se denomina isla. Así pues, una isla es, técnicamente, una central BESS autosuficiente, aunque las centrales suelen estar formadas por varias islas. A continuación, todas las islas se conectan a una única subestación en la que se aumenta la tensión hasta alcanzar la alta tensión de la red de transporte. Pasos para construir una central BESS Como ocurre con todo tipo de instalaciones, la primera fase es la de autorización. En el caso de las BESS, es bastante ágil, porque son contenedores que ocupan poco espacio, no producen emisiones ni tienen un impacto medioambiental particular. Una vez cumplidos los trámites administrativos, el siguiente paso es comprobar la idoneidad del terreno; incluso en este caso, el procedimiento es más sencillo que los exigidos para las centrales de gran envergadura o de configuración más compleja. A continuación se abre el sitio de obra, con las excavaciones para los cimientos, la llegada de los contenedores y las grúas para trasladarlos. Luego, se instalan los contenedores y se procede al cableado de los inversores, la construcción de los dispositivos de seguridad y la subestación. Por último, se realiza la conexión a la red, momento en el que solo falta la inauguración oficial de la central antes de su puesta en funcionamiento.