Mediante el reacondicionamiento y la modernización, es posible prolongar la vida útil de una central eólica adoptando componentes de mayor rendimiento; cuando esto ya no es sostenible ni rentable, se procede al desmantelamiento. En ambos casos, es posible reciclar gran parte de los componentes de la central.
Al estar fabricado con materiales metálicos, el aerogenerador puede reciclarse en un 90 %, mientras que en el caso de las palas eólicas, fabricadas con materiales compuestos –resinas reforzadas con fibras de vidrio–, no es tan fácil. Por eso, se están estudiando varias soluciones nuevas para su gestión al final de su vida útil: como el proyecto Wind New Life de EGP, en Italia y España, para desarrollar una cadena de valor circular, con la recuperación de las palas para otros usos.
EGP también colabora con la startup Act Blade, especializada en la producción de palas innovadoras recubiertas de un tejido técnico especial reciclable.
Una iniciativa que se comercializará próximamente es «Hoooly!», la papelera inteligente, creada a partir de la recuperación de materiales de aerogeneradores en desuso.
También hay una segunda vía para las palas eólicas, la de la reutilización; de hecho, las palas en desuso pueden usarse para mobiliario urbano, pero también para construir puentes, casas e incluso pequeños hoteles.
Y por último, también se están estudiando nuevas soluciones para aumentar la sostenibilidad de las torres eólicas, como la ideada por nuestro socio, la startup sueca Modvion, que diseña torres eólicas de madera como alternativa a las tradicionales de acero, con las ventajas esperadas no solo en términos de sostenibilidad, sino también de logística y costes de instalación.