Según los datos de los Centros Nacionales de Información Medioambiental de Estados Unidos (NOAA), 2022 fue el sexto año más cálido a nivel mundial desde 1800, es decir, desde que tenemos datos sobre las temperaturas globales. Pero el dato más significativo es que los últimos nueve años han sido los más calurosos de los que se tiene constancia. ¿Por qué entonces seguimos observando fenómenos de frío extremo como las olas de frío? Nos hacemos esta pregunta especialmente durante el invierno. Aclaremos las cosas. El calentamiento global explicado con física Para explicar el significado del calentamiento global, empecemos con un sencillo problema de física clásica. Si conduces tu coche por la autopista durante 100 km a una velocidad constante de 100 km/h, tardarás 60 minutos. Si, por el contrario, recorres 60 km a 120 km/h y los últimos 40 km a 90 km/h, tardarás menos de 57 minutos. Es cierto que en un determinado tramo tu velocidad ha sido muy baja, pero por término medio tu velocidad ha sido superior a 100 km/h y, por tanto, tu tiempo de viaje se ha reducido. El mismo razonamiento se aplica a la temperatura de la atmósfera terrestre. El calentamiento global es el fenómeno climático que, desde finales del siglo XIX, ha provocado un aumento global de la temperatura media de la Tierra. La palabra «media» es muy importante, porque significa que el calentamiento global no afecta a todas las zonas del planeta de la misma manera. Algunas zonas se están calentando mucho, otras menos, y algunas incluso pueden experimentar un descenso de la temperatura. Pero lo importante, en lo que todos los científicos están de acuerdo, es que a nivel mundial la temperatura media registrada cada año está aumentando, se calcula que casi un grado centígrado en el último siglo. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU confirma el proceso de calentamiento global: «Es prácticamente cierto que, desde 1950, se ha producido [...] una reducción del número de días y noches fríos en todo el mundo. Tanto los extremos fríos como los cálidos muestran un aumento de las temperaturas». Pero entonces, ¿a qué se deben las olas de frío? La hipótesis del vórtice polar No hay duda: siguen produciéndose fenómenos meteorológicos de frío extremo. El último ejemplo es la tormenta invernal que barrió gran parte de Estados Unidos durante las Navidades de 2022, con temperaturas que alcanzaron los -50 °C, fuertes vientos e intensas nevadas. La comunidad científica atribuye estas repentinas e intensas olas de frío a las ondulaciones del vórtice polar, una corriente de aire frío que suele girar de forma estable sobre los polos terrestres. Puede ocurrir que estos vórtices empiecen a ondular, llevando aire frío incluso a latitudes medias y provocando así las olas de frío. Una vez más, sin embargo, el IPCC nos dice que no hay pruebas científicas que relacionen el cambio climático con un aumento de las ondulaciones de los vórtices polares. Al contrario, todos los datos indican que la disminución de los fríos extremos globales también está afectando a las latitudes medias. En conclusión, si bien está científicamente demostrado que episodios como la tormenta invernal de la Navidad de 2022 están relacionados con las ondulaciones del vórtice polar, también hay que tener en cuenta que tales acontecimientos deben considerarse episodios excepcionales que se producen en un contexto climático mundial de rápido calentamiento.