La cantidad de plásticos y microplásticos en los océanos aumenta constantemente. Una estimación publicada en marzo de 2023 en Plos One, por ejemplo, indica que la cantidad de residuos plásticos esparcidos en la superficie de los océanos ronda los 2,3 millones de toneladas. Más allá de los números, lo que preocupa sobre todo son los microplásticos, es decir, las partículas de menos de 5 milímetros que contaminan los océanos y, por tanto, alteran el equilibrio de los ecosistemas marinos, llegando también a la cadena alimentaria humana y poniendo en peligro nuestra salud. Los microplásticos primarios provienen de la ropa sintética, de los neumáticos e incluso de los productos para el cuidado del cuerpo. ¿Por qué el plástico tarda tanto en degradarse? No hay una respuesta que sea válida para todos los productos, porque hay muchos plásticos y, además, porque son materiales muy diferentes entre sí en cuanto a su composición química: en algunos casos, se ha calculado que pueden tener cientos de años. Sin embargo, una cosa es cierta: los materiales que componen el plástico son muy resilientes, no son atacados por microorganismos y son inertes, es decir, no participan en ninguna reacción química. Por poner algunos ejemplos, el tiempo de degradación de una botella de plástico ronda los 450 años, mientras que una bolsa no biodegradable tarda unos 20 años. En cambio, otros materiales aparentemente similares, como los residuos orgánicos o las fibras naturales (celulosa), se descomponen mucho más rápido gracias al rol de los microorganismos que los atacan. La propagación del plástico es un problema dramático que ha crecido de forma espectacular en las últimas décadas debido al uso masivo del plástico. Tal y como explica un informe publicado en Nature en 2021, existen entre 15 000 y 51 000 billones de microplásticos flotantes en las aguas superficiales del mundo. Además, estas partículas tienden a unirse, formando las llamadas islas de plástico, con consecuencias catastróficas para la fauna y la flora marina. Bioplásticos: ¿qué son? Un material se define como bioplástico si está compuesto, al menos en parte, por un componente orgánico, si es biodegradable o si tiene ambas propiedades. Los bioplásticos se pueden obtener potencialmente a partir de cualquier residuo agrícola o alimentario pero, por ahora, derivan principalmente del maíz, la caña de azúcar o la celulosa. En definitiva, el término bioplástico es muy amplio, por lo que no basta con que un producto entre en esta categoría para estar seguro de que es completamente biodegradable. Ventajas y desventajas de los bioplásticos La principal ventaja de los bioplásticos es el menor impacto medioambiental. El tiempo de descomposición varía según los materiales y las condiciones ambientales: en ambientes húmedos, por ejemplo, resisten mucho menos que en ambientes secos. Los tiempos de degradación no siempre son tan diferentes a los de los plásticos tradicionales, pero el uso de compuestos orgánicos específicos puede reducirlos. Los materiales que componen los bioplásticos también se pueden producir con procesos que utilizan fuentes de energía renovables, reduciendo el uso de materiales fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero. Los bioplásticos aún tienen costos de producción bastante altos en comparación con los plásticos convencionales, pero las perspectivas son prometedoras. Sin embargo, tanto para los plásticos como para los bioplásticos, es importante evitar tirarlos en la naturaleza, ya que acaban en ríos y mares. El bioplástico, en particular, se descompone más fácilmente si se tira al contenedor de residuos orgánicos.