En ciencia y tecnología, a veces los beneficios vienen de direcciones inesperadas. Por ejemplo: en los años 80 surgió la idea de colocar paneles solares en los campos agrícolas y ganaderos, una práctica bautizada como «agrivoltaica». El objetivo era sencillo: ahorrar espacio sin tener que ocupar nuevos terrenos. Pero también aportó un agradable beneficio inesperado: ayudó a los agricultores a ahorrar mucha agua. La importancia de la sombra Los paneles solares dan sombra al suelo y a las plantas que hay debajo. Esto crea un microclima perfecto para los cultivos: protege las plantas del exceso de sol y calor y, como resultado, reduce la evaporación. Por eso, se puede reducir la cantidad de agua utilizada para regar los campos: el ahorro puede llegar al 20-30 %. En la práctica, se pueden cultivar más plantas con la misma cantidad de agua que se utilizaría en un campo donde no hay paneles solares. Pero la cosa no acaba aquí. Con la agrivoltaica también se pueden hacer otras cosas para gestionar el agua de forma inteligente. Por ejemplo, hay sistemas que recogen la lluvia y la almacenan para regar los campos solo cuando es necesario. Y también hay sensores supertecnológicos que ayudan a controlar los nutrientes del suelo: esto significa que los agricultores están informados exactamente sobre la cantidad de nutrientes que necesitan sus plantas y también sobre cuánto regarlas. También en esto se evita el derroche. Qué es la huella hídrica El agua es un recurso precioso para todos. No solo para la vida, sino también para la economía y la sociedad en general. Por eso, en 2002, el holandés Arjen Hoekstra inventó el concepto de «huella hídrica». Es una forma de calcular cuánta agua consumimos, como personas y como países. China e India, los dos países con más habitantes del mundo, son los mayores consumidores, con más de 1 billón de metros cúbicos al año. Luego está Estados Unidos, que «bebe» más de 900 000 millones de litros. La huella hídrica nos ayuda a comprender cuánta agua estamos utilizando y a concienciar a personas, empresas y gobiernos de la importancia de un consumo sostenible de un bien que, al fin y al cabo, es escaso en la Tierra. Porque si bien es cierto que este líquido cubre cerca del 70 % del planeta, el agua dulce, el agua esencial para nuestra vida, solo representa el 2,5 % de las reservas hídricas de la Tierra. Y en realidad, solo tenemos acceso a menos de la mitad, alrededor del 1 %, porque el resto está presente en forma de hielo. La combinación de la agrivoltaica y la gestión inteligente de los recursos hídricos revela beneficios sorprendentes, demostrando que la ciencia y la tecnología pueden ofrecer soluciones inesperadas para la gestión sostenible de los suelos.