La electrificación del consumo final

Para combatir el calentamiento global, que provoca fenómenos meteorológicos extremos cada vez con más frecuencia, es necesario sustituir rápidamente los combustibles fósiles - carbón, petróleo, gas natural - por fuentes de energía renovables - viento, sol, agua, calor terrestre - que no producen CO2. Actualmente, la electrificación del consumo con energía procedente de fuentes renovables ya es la mejor solución para crear un sistema energético limpio, de confianza y rentable, gracias a la combinación de los avances tecnológicos más recientes y a la reducción de los costes. Precios más bajos, mayor eficiencia Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el coste nivelado de generación de electricidad (LCOE) de las tecnologías solar y eólica ha ido disminuyendo durante la última década y ahora es significativamente inferior a los costes de los combustibles fósiles convencionales. Esta tendencia se ha mantenido en el último año, a pesar de la crisis de las materias primas desencadenada por la pandemia de Covid, según indica la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA). El uso de la electricidad como vector también aumenta la eficiencia. Los vehículos eléctricos, por ejemplo, son de tres a cinco veces más eficientes respecto a aquellos con motores de combustión interna. En el sector de los edificios residenciales, la eficiencia puede aumentar utilizando bombas de calor, que consumen cuatro veces menos energía que las calderas de gas o petróleo. A nivel industrial, la intensidad energética disminuye gracias a la electrificación de los procesos, con la introducción de sistemas de almacenamiento como el hidrógeno verde producido también a partir de fuentes renovables. La electricidad también permite digitalizar el uso de la energía a través de la integración de tecnologías inteligentes para gestionar las redes y equilibrar el sistema mediante sistemas de almacenamiento, optimizando el consumo de energía y reduciendo los residuos. Los beneficios llegan a todos: los ciudadanos son más conscientes de su consumo de energía gracias a los dispositivos digitales que permiten que las tarifas sean claras y mejoran el servicio al cliente, mientras que el sistema eléctrico evoluciona hacia estándares de mayor eficiencia. Respirar un aire de más calidad La contaminación del aire constituye un problema medioambiental y sanitario importante en las regiones densamente urbanizadas. Pero el paso a la electricidad también mejora la calidad del aire, porque reduce las emisiones de sustancias contaminantes, como las partículas, causadas principalmente por los combustibles fósiles que se queman para hacer funcionar los coches y calentar los edificios. Una ciudad realmente inteligente es un lugar en el que circulen vehículos eléctricos, los edificios estén equipados con paneles solares, las casas se calienten con bombas de calor, la electricidad se utilice para cocinar y calentar el agua, y los sistemas de iluminación se atenúen en función de la presencia o no de individuos en los diferentes espacios o habitaciones. La electrificación fomenta las comunidades de energía renovable y la economía circular La electrificación del consumo es la mejor manera de fomentar el desarrollo de las Comunidades de Energías Renovables: se trata de asociaciones formadas por ciudadanos, comercios, pequeñas y medianas empresas y administraciones públicas, que producen y gestionan energía verde de forma autónoma a precios asequibles, gracias a plantas renovables compartidas, reduciendo así significativamente las emisiones de CO2 y el derroche energético, e introduciendo la energía producida de este modo directamente en la red eléctrica. Pero la electrificación a partir de fuentes renovables desempeña un papel esencial a la hora de fomentar y apoyar la economía circular. Ya que los componentes de las baterías que alimentan los vehículos eléctricos, los sistemas de almacenamiento, los paneles solares, los transformadores, las propias redes de transporte y todos los equipos utilizados pueden recogerse y reutilizarse, fomentando así un círculo virtuoso que convierte los residuos en nueva materia prima.

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La electrificación, la mejor opción

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